Las Fabulas y La Conducta Humana
Los Animales y El Management
Continuando con las Fabulas y el Management 1° fue La Vaca con rompiendo las ataduras que nos generan las excusas o creencias que no nos dejan despejar el camino, Después vino el Burro encontrando atajos de salida en las adversidades o como transformar los problemas en oportunidades. Ahora creí conveniente que es el momento del Águila y La Gallina.
Hay muchas razones para creer que la cabeza piensa a partir de donde los pies pisan. Para comprender a los demás, es esencial conocer el lugar social de quien se mira. TODO PUNTO DE VISTA ES SIEMPRE, LA VISTA DE UN PUNTO. Porque cada uno lee y actúa en esta vida de acuerdo a los ojos que tiene, porque comprende e interpreta a partir del mundo que habita.
Esta historia muestra una metáfora de la condición humana, donde cada uno la interpretará y comprenderá, según sean sus ojos y el suelo que pisan. Pertenecería mas lejos a un educador llamado James Aggrey de Ghana o mas cerca a Leonardo Boff Brasilero en su libro el águila y la gallina, más allá de eso, ya hay varias versiones que seguramente nos pueden ayudar a entender el águila que seguro llevamos adentro nuestro, ya que el contexto un poco más un poco menos siempre condiciona.
Las águilas hacen sus nidos en lo alto de las montañas son cuidadosas en la construcción de su hábitat, la pareja, mantiene una relación para toda la vida. Juntos cazan, juntos construyen el nido, juntos incuban los huevos, y juntos buscan el alimento para los pichones. Y también algo extraño, así como es entre los humanos, sus relaciones amorosas, no se limitan sólo para reproducirse, sino la realizan en toda época del año, como una expresión de compañerismo amoroso.
La historia dice que un campesino un día descubrió entre las hierbas del camino un huevo. Lo recogió cuidadosamente y lo llevó a su granja, depositándolo junto a otros huevos que empollaba una de sus gallinas. Días después, junto a los pollitos nació un pollo de aspecto extraño, aceradas uñas con su pico curvo, plumón oscuro, aguda mirada y otros rasgos que lo diferenciaban de los demás. Aunque era un águila vivió en el gallinero como uno más durante muchos años hasta que se hizo viejo. Antes de morir divisó en el cielo un ave muy grande y majestuosa. Sintió envidia de ella por su vuelo maravilloso. Extrañado, le preguntó a una gallina qué era aquel ave que volaba tan alto. Esta le respondió que aquella ave era la reina de las aves, el águila. Con las pocas fuerzas que aún tenía intentó volar pero no lo logró. Ya era tarde. Murió sin saber que era un águila real.
La versión optimista a rescatar dice que el campesino encontró el pichón de águila muy golpeado y ciego, que después de un largo tiempo de convivir con las gallinas recupero la vista y al ver las águila en el cielo intentaba e intentaba y no podía. Hasta que un día ayudado por una persona conocida del campesino fue llevado a lo alto de una montaña y cuando vio la inmensidad, recupero su sentido original que venía del corazón y se hecho a volar como el mejor.
” ¡El águila jamás será gallina. Ella posee un corazón y éste es de águila. Este corazón la hará volar. Ella debe ser plenamente águila”.!
Para finalizar convendría recordar como complemento a Charles Reade y su frase: “Siembra un acto y cosecharás un hábito. Siembra un hábito y cosecharás un carácter. Siembra un carácter y cosecharás un destino”.-
Carlos Cagna Vallino ccagna@avpsonline,com
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